Miles de parejas celebran su el 14 de febrero, día de San Valentín, pero pocas conocen que esta festividad tiene su origen en el siglo III de nuestra era.
Se trata de una de las fiestas más reconocidas y celebradas socialmente, pero no es festiva. Su origen esta en los tiempos del emperador Claudio II, quien prohibió el matrimonio de los soldados para evitar que bajase su rendimiento y valor si tenían una familia por la que preocuparse. Valentín, un sacerdote cristiano contrario a una disposición tan radical, decidió casar a los soldados romanos a escondidas, bajo el ritual cristiano.
Cuando la decisión del sacerdote llegó a oídos del emperador, este decidió encarcelar y ejecutar a Valentín. Durante su encierro, su carcelero, que sabía que era hombre de letras, le encomendó la educación de Julia, su hija ciega. Él la instruyó en la religión católica y en una ocasión, rezando, una luz brillante iluminó la celda y Julia recuperó la vista.
Las lupercales
Otros historiadores aseguran que la Iglesia católica instituyó esta conmemoración para cristianizar la fiesta pagana de la fertilidad, los Lupercales (se celebraba el 15 de febrero y durante la misma los sacerdotes golpeaban al que encontraban a su paso con tiras de piel ensangrentadas para aumentar su fertilidad), y convertirla en una más acorde con las creencias católicas. Canonizaron a San Valentín y lo convirtió en el patrón de los enamorados.
Poco a poco, la festividad fue evolucionando, haciéndose enormemente popular la tradición de enviar postales de amor. A partir del siglo XVII en Inglaterra y Francia los enamorados comenzaron a intercambiar presentes sencillos o románticas cartas en las que aparecían representaciones de Cupido, el dios romano del amor. Pero sin duda fue el progreso de la imprenta y la disminución de los precios del servicio postal lo que impulsó el envío masivo de declaraciones de amor en forma de carta.
En España, la celebración de San Valentín tiene una trayectoria más reciente. Su origen se remonta a mediados de los años cincuenta del siglo pasado, cuando Pepín Fernández, fundador de los grandes almacenes Galerías Preciados (absorbidas por El Corte Inglés hace unos años), difundió la tradición y la idea del regalo a la pareja en una fecha tan especial.
Hoy, en el día los Enamorados se ha convertida en fecha clave para los comercios. Los españoles no sólo celebran el amor con dedicatorias, sino que además lo acompañan de románticas cenas, flores, bombones, escapadas a insólitos parajes turísticos y, por supuesto, los más variados regalos. Esta costumbre ha sido criticada por parecer demasiado mercantilista.
EN OTRAS CULTURAS
La costumbre de intercambiar regalos y mensajes el 14 de febrero nació en Gran Bretaña y Francia durante la Edad Media. Los estadounidenses adoptaron esta práctica a principios del siglo XVIII. Allí, las cartas de amor son conocidas como “valentines”. En Nueva York unas pocas parejas son elegidas para contraer matrimonio ese día, en el mirador del piso 80 del Empire State Building. En Gran Bretaña e Italia las mujeres, al amanecer, se asoman a la ventana: el primer hombre que pase se convertirá en su esposo (hay quien hace noche bajo la ventana de su amada). En Dinamarca la gente tiene por costumbre enviar flores blancas prensadas, a las que llaman gotas de nieve. En Japón las parejas se acercan al monte Fuji para tocar tres veces la Campana del amor mientras se pronuncia el nombre del enamorado/a. En Latinoamérica se celebra por todo lo alto. En Brasil se adornan las clases, en México, Argentina y Chile se regala lencería, bombones o globos…
¿Y vosotras como celebráis San Valentín? Si es que lo hacéis, pq ahora mucha gente reniega de hacerlo. ¿Hacéis y recibís regalos? Ya me contareis!
GRacias Pilar, pues nosotros nunca nos hemos regalado nada porque pensamos que es todo para gastar pero mira nos llamaron y claro no me pude negar, y encima me regalaron flores!!!
ResponderEliminarbesicos guapetona y gracias otra vez
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ResponderEliminarA mi como no me hace nadie regalos*, me los hago yo (intento contenerme un poco, pero siempre cae algo).
ResponderEliminarEn mi casa no somos de hacernos regalos*, ni para cumples, reyes...